TÉCNICAS PARA LA EXPOSICIÓN DE UNA CLASE
Demostración¿Qué es una demostración?
Hábil realización de una tarea o técnica para mostrar exactamente cómo debería hacerse en el
puesto de trabajo. En este método el formador demuestra una operación tal como espera que
el alumno la aprenda a realizar. Si el proceso es complicado, la deberá separar en pequeñas
unidades de instrucción e impartir una por una. Algo muy importante de cuidar es que debe de
presentarse un solo proceso (sin desviaciones o alternativas) para evitar producir confusión en la
mente del aprendiz.
Enseñar a los participantes a realizar una actividad o a manejar maquinaria. Aclarar y corregir
las ideas equivocadas sobre una realización concreta. Mostrar de qué modo los participantes
puede mejorar o desarrollar habilidades.
La demostración proporciona una experiencia de aprendizaje basada en la práctica; es
especialmente útil, sobre si se combina con prácticas manuales. Ilustra procesos, ideas y
relaciones de un modo directo y claro. Proporciona al formador más tiempo para facilitar el
aprendizaje si la realizan expertos o participantes. Nos permite aprovechar los conocimientos de participantes que conocen los procesos, potenciando la participación y su responsabilidad en
la formación. Los costes de desarrollo son bajos.
Hay que planificar cuidadosamente los detalles relativos a las instalaciones y la disposición del
aula o espacio de formación para que todos los miembros del grupo tengan una visión directa
de la demostración. Se puede dar el paso de que los participantes observen la demostración,
pero no sean capaces de reproducirla. Puesto que los participantes mantienen una actitud
pasiva durante la demostración, puede perder el interés, sobre todo en horas de tarde y al final
de la sesión.
Presenta la operación: demuestra e ilustra; es decir, demostrar no es suficiente. El método correcto
combina decir, demostrar e ilustrar al mismo tiempo. Por ilustrar entendemos el uso de ejemplos
y auxiliares visuales o palabras que "pinten el cuadro" del proceso exacto. Presenta el material
paso a paso. Esto permite una secuencia ordenada en la mente del alumno. Es recomendable
escribir y hablar sobre los pasos realizados. Subraya los puntos clave. Aparte de nombrar los
aspectos importantes debemos subrayarlos y recalcarlos. Debemos quedar seguros de que el
alumno comprendió perfectamente esta parte. Resume y repasa la operación. Ésta es la parte
más valiosa del método. Nunca debemos omitir el repaso. El repaso deberá seguir el mismo
orden de pasos y puntos clave para poder formar un patrón en la memoria de los alumnos, lo
cual reduce el tiempo de aprendizaje. En este resumen facilitamos preguntamos y buscamos la
solución de dudas.
Se pide al alumno que realice la operación y como formador debes asegurarte de que ha
comprendido todo. Subraya con insistencia el orden en que se debe hacer el proceso, con el
propósito de reforzar los patrones de memoria del capacitando. En esta parte del método son
necesarios tres tipos de repasos: – El alumno realiza el proceso. En este repaso se estimula al
alumno a que intente hacer el proceso por sí mismo. No tiene que describirlo, ya que el esfuerzo
por encontrar palabras que describan sus acciones en esta primera etapa de aprendizaje puede
confundirlo. Mientras el capacitando realiza el trabajo el formador permanece a su lado, listo para
corregirlo amistosamente en cualquier momento en que empiece a desviarse. Es más efectivo
prevenir los errores por acción inmediata, que corregirlos cuando ya ha sido hecho. Corregimos
a la vez que el ejecuta el proceso. El alumno explica los puntos clave mientras hace el trabajo
nuevamente. Algunas veces el alumno hace esto espontáneamente en el primer repaso. Esto es
muy bueno, pues significa que está asimilando muy rápido la instrucción. También significa que
el primer repaso, en el cual el alumno no habla, ha sido omitido, y el siguiente puede contestar
las preguntas. Sin embargo, no debemos forzar a todos los alumnos a que omitan el primer
repaso. Se confirma la comprensión del alumno. Esto se hace haciendo preguntas amplias en el tercer repaso. Estas preguntas exigen respuestas específicas sobre puntos clave que han sido
cubiertos en la instrucción.
El intento del alumno de realizar el proceso por sí mismo debe de continuar hasta que ya no
necesite supervisión. Ésto a veces implica cinco o más repasos. No hay regla acerca del número,
y la regla que debe recordarse es que cada elemento importante del método debe ser cubierto.
Si hay una operación que no sea repetitiva y no permite cinco ensayos al dar la instrucción,
tendremos que cubrir los elementos del método en teoría.
Planifica las demostraciones en dos parte; realiza primero la tarea a velocidad normal y a
continuación hazlo más lentamente. No dejes nada al azar. Recuerda, tu demostración será
el reflejo de tu capacidad como formador, director del grupo y profesionalidad. Programa y
estructura las demostraciones con antelación, comprueba que los elementos que utilizarás
están correctos y ensaya como mínimo una vez. No hagas nunca demostraciones para grandes
grupos, a menos que tengas pensado cómo disponer los asientos para todos. Procura limitar el
número de participantes en función de objeto de la demostración y el aula que utilices. Asegúrate
de que todos los participantes tienen una visión directa de la demostración. Acuérdate siempre
de explicar por qué la persona que hace la demostración realiza cada uno de los pasos y cuáles
son los puntos importantes y los problemas y peligros que pueden surgir en distintos puntos de la
operación.
Tras la demostración, deja a los participantes tiempo suficiente para prácticas la actividad o
técnica y para formular preguntas. Puedes irlas pasando a un documento para entregarlas
después con sus soluciones. Prevé las dificultades o problemas, si eres consciente de lo que
puede salir mal, toma las medidas necesarias para evitarlo. Procura que tus demostraciones sean
cortas, recuerda que el tiempo medio de atención es corto y que seguro que están ansiosos por
prácticas tus explicaciones. Recordando lo estudiado en el capítulo de comunicación, elimina
o controla los posibles “ruidos” que puedan interrumpir y distorsionar la comunicación.
Organiza la demostración centrándote en los objetivos de formación. Realiza una lista con dichos
objetivos en un lugar donde todos los participantes puedan verla perfectamente. Recuerda que
para motivar es recomendable aclarar y concretar las metas de lo que hacemos.
Las demostraciones están indicadas sobre todo para alcanzar los objetivos relacionados con
procedimientos y técnicas específicas en el trabajo. Es muy importante que controles todos
los pasos de la demostración y que preveamos qué puede salir mal para adelantarnos y
tener respuestas. Recuerda que no existen los métodos y técnicas puros, puedes mezclar la el tercer repaso. Estas preguntas exigen respuestas específicas sobre puntos clave que han sido
cubiertos en la instrucción.
El intento del alumno de realizar el proceso por sí mismo debe de continuar hasta que ya no
necesite supervisión. Ésto a veces implica cinco o más repasos. No hay regla acerca del número,
y la regla que debe recordarse es que cada elemento importante del método debe ser cubierto.
Si hay una operación que no sea repetitiva y no permite cinco ensayos al dar la instrucción,
tendremos que cubrir los elementos del método en teoría.
Planifica las demostraciones en dos parte; realiza primero la tarea a velocidad normal y a
continuación hazlo más lentamente. No dejes nada al azar. Recuerda, tu demostración será
el reflejo de tu capacidad como formador, director del grupo y profesionalidad. Programa y
estructura las demostraciones con antelación, comprueba que los elementos que utilizarás
están correctos y ensaya como mínimo una vez. No hagas nunca demostraciones para grandes
grupos, a menos que tengas pensado cómo disponer los asientos para todos. Procura limitar el
número de participantes en función de objeto de la demostración y el aula que utilices. Asegúrate
de que todos los participantes tienen una visión directa de la demostración. Acuérdate siempre
de explicar por qué la persona que hace la demostración realiza cada uno de los pasos y cuáles
son los puntos importantes y los problemas y peligros que pueden surgir en distintos puntos de la
operación.
Tras la demostración, deja a los participantes tiempo suficiente para prácticas la actividad o
técnica y para formular preguntas. Puedes irlas pasando a un documento para entregarlas
después con sus soluciones. Prevé las dificultades o problemas, si eres consciente de lo que
puede salir mal, toma las medidas necesarias para evitarlo. Procura que tus demostraciones sean
cortas, recuerda que el tiempo medio de atención es corto y que seguro que están ansiosos por
prácticas tus explicaciones. Recordando lo estudiado en el capítulo de comunicación, elimina
o controla los posibles “ruidos” que puedan interrumpir y distorsionar la comunicación.
Organiza la demostración centrándote en los objetivos de formación. Realiza una lista con dichos
objetivos en un lugar donde todos los participantes puedan verla perfectamente. Recuerda que
para motivar es recomendable aclarar y concretar las metas de lo que hacemos.
Las demostraciones están indicadas sobre todo para alcanzar los objetivos relacionados con
procedimientos y técnicas específicas en el trabajo. Es muy importante que controles todos
los pasos de la demostración y que preveamos qué puede salir mal para adelantarnos y
tener respuestas. Recuerda que no existen los métodos y técnicas puros, puedes mezclar lael tercer repaso. Estas preguntas exigen respuestas específicas sobre puntos clave que han sido
cubiertos en la instrucción.
El intento del alumno de realizar el proceso por sí mismo debe de continuar hasta que ya no
necesite supervisión. Ésto a veces implica cinco o más repasos. No hay regla acerca del número,
y la regla que debe recordarse es que cada elemento importante del método debe ser cubierto.
Si hay una operación que no sea repetitiva y no permite cinco ensayos al dar la instrucción,
tendremos que cubrir los elementos del método en teoría.
Planifica las demostraciones en dos parte; realiza primero la tarea a velocidad normal y a
continuación hazlo más lentamente. No dejes nada al azar. Recuerda, tu demostración será
el reflejo de tu capacidad como formador, director del grupo y profesionalidad. Programa y
estructura las demostraciones con antelación, comprueba que los elementos que utilizarás
están correctos y ensaya como mínimo una vez. No hagas nunca demostraciones para grandes
grupos, a menos que tengas pensado cómo disponer los asientos para todos. Procura limitar el
número de participantes en función de objeto de la demostración y el aula que utilices. Asegúrate
de que todos los participantes tienen una visión directa de la demostración. Acuérdate siempre
de explicar por qué la persona que hace la demostración realiza cada uno de los pasos y cuáles
son los puntos importantes y los problemas y peligros que pueden surgir en distintos puntos de la
operación.
Tras la demostración, deja a los participantes tiempo suficiente para prácticas la actividad o
técnica y para formular preguntas. Puedes irlas pasando a un documento para entregarlas
después con sus soluciones. Prevé las dificultades o problemas, si eres consciente de lo que
puede salir mal, toma las medidas necesarias para evitarlo. Procura que tus demostraciones sean
cortas, recuerda que el tiempo medio de atención es corto y que seguro que están ansiosos por
prácticas tus explicaciones. Recordando lo estudiado en el capítulo de comunicación, elimina
o controla los posibles “ruidos” que puedan interrumpir y distorsionar la comunicación.
Organiza la demostración centrándote en los objetivos de formación. Realiza una lista con dichos
objetivos en un lugar donde todos los participantes puedan verla perfectamente. Recuerda que
para motivar es recomendable aclarar y concretar las metas de lo que hacemos.
Las demostraciones están indicadas sobre todo para alcanzar los objetivos relacionados con
procedimientos y técnicas específicas en el trabajo. Es muy importante que controles todos
los pasos de la demostración y que preveamos qué puede salir mal para adelantarnos y
tener respuestas. Recuerda que no existen los métodos y técnicas puros, puedes mezclar la
el tercer repaso. Estas preguntas exigen respuestas específicas sobre puntos clave que han sido
cubiertos en la instrucción.
El intento del alumno de realizar el proceso por sí mismo debe de continuar hasta que ya no
necesite supervisión. Ésto a veces implica cinco o más repasos. No hay regla acerca del número,
y la regla que debe recordarse es que cada elemento importante del método debe ser cubierto.
Si hay una operación que no sea repetitiva y no permite cinco ensayos al dar la instrucción,
tendremos que cubrir los elementos del método en teoría.
Planifica las demostraciones en dos parte; realiza primero la tarea a velocidad normal y a
continuación hazlo más lentamente. No dejes nada al azar. Recuerda, tu demostración será
el reflejo de tu capacidad como formador, director del grupo y profesionalidad. Programa y
estructura las demostraciones con antelación, comprueba que los elementos que utilizarás
están correctos y ensaya como mínimo una vez. No hagas nunca demostraciones para grandes
grupos, a menos que tengas pensado cómo disponer los asientos para todos. Procura limitar el
número de participantes en función de objeto de la demostración y el aula que utilices. Asegúrate
de que todos los participantes tienen una visión directa de la demostración. Acuérdate siempre
de explicar por qué la persona que hace la demostración realiza cada uno de los pasos y cuáles
son los puntos importantes y los problemas y peligros que pueden surgir en distintos puntos de la
operación.
Tras la demostración, deja a los participantes tiempo suficiente para prácticas la actividad o
técnica y para formular preguntas. Puedes irlas pasando a un documento para entregarlas
después con sus soluciones. Prevé las dificultades o problemas, si eres consciente de lo que
puede salir mal, toma las medidas necesarias para evitarlo. Procura que tus demostraciones sean
cortas, recuerda que el tiempo medio de atención es corto y que seguro que están ansiosos por
prácticas tus explicaciones. Recordando lo estudiado en el capítulo de comunicación, elimina
o controla los posibles “ruidos” que puedan interrumpir y distorsionar la comunicación.
Organiza la demostración centrándote en los objetivos de formación. Realiza una lista con dichos
objetivos en un lugar donde todos los participantes puedan verla perfectamente. Recuerda que
para motivar es recomendable aclarar y concretar las metas de lo que hacemos.
Las demostraciones están indicadas sobre todo para alcanzar los objetivos relacionados con
procedimientos y técnicas específicas en el trabajo. Es muy importante que controles todos
los pasos de la demostración y que preveamos qué puede salir mal para adelantarnos y
tener respuestas. Recuerda que no existen los métodos y técnicas puros, puedes mezclar la Universidad demostración con otro tipo de técnicas para reforzarla; una charla, un debate al finalizar la demostración, una investigación en grupos sobre el objeto utilizado en la demostración, etc. ésto
reforzará los contendidos y la dinámica de tu formación.
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